SLIDER

23 mar 2015

The Adventures of Star Saver

A ver que tenemos locurón.



¿Os gusta lo surrealista? The Adventures of Start Saver (Rubble Saver en Japón) es un juego de Game Boy que tiene mucho de eso. No es como el PuLiRuLa que tenía ese encanto, sino que va más en la línea del Predator de NES, es decir, un sinsentido capaz de presentar como enemigos a notas musicales, conejos y perros en pleno espacio exterior.

Y es que en el juego de A-Wave (Koro Dice, Mini-Putt) la historia ya supone una ida de cabeza importante. Encarnamos a un policía que es abducido junto con su hermana por alienígenas invasores. Ah, pero amigos, esto no va de meter sondas por el culo, esto va de que... ¡nos abducen para ser espías! ¿Habéis visto que giro argumental tan interesante? Pues ni caso, porque nuestro policía de confianza llamado Tony no quiere espiar para ellos y es exiliado al último rincón de la galaxia. Vamos, prácticamente igual que si se hubiera escapado sin más como todo juego de acción ochentero. Así, Tony contará allí con la ayuda de un mech que le permitirá aumentar su fuerza de ataque. Digamos que la pistolica reglamentaria que te dan en el cuerpo de policía no es suficiente para parar una invasión alienígena, aunque Roland Emmerich nos enseñó que un piloto borracho sí puede hacerlo.

El enemigo definitivo
Sin más, procedemos a ir a varios rincones de la galaxia habitados como digo por entidades alienígenas y... perros. Pero no cualquier perro no, un perro inmortal que sólo puedes esquivar y que suele aparecer normalmente unos instantes antes de llegar al jefe de fin de fase, el cual suele ser bastante predecible y fácil. Contamos con dos toques antes de que perdamos una vida, y como decidamos enfrentarnos al perro la llevamos clara. El primero de esos toques nos dejará desprotegidos de nuestra armadura/mech como si se tratara del Ghosts'n Goblins, el segundo supone la muerte.

Los niveles son bastante variados pero tienen un diseño de ojete. Es uno de esos juegos de Game Boy donde no distingues muy bien qué es plataforma y qué es fondo, por lo que espera caer algunas veces al vacío. Gracias a Dios caer no significa perder una vida, y es que tenemos un gancho que nos permite volver a la acción, aunque su uso es limitado. Añadid a todo esto unos extraños interruptores que todavía no he entendido como funcionan y que parpadean constantemente como a espera de que los pulsemos.

Un botón para disparar y otro para saltar, porque la Game Boy no podía con más. Sin embargo, el mismo botón de disparar sirve para correr como si se tratara del Mario, y esto es importante saberlo porque es uno de esos juegos ideados para salir pitando y terminar los niveles casi sin habernos enterado de qué ha pasado. Los desarrolladores vieron divertido meter una cantidad enorme de objetos que te dan inmortalidad y que encima dura lo suyo, por lo que a veces parece más un juego de carreras donde llegar a la meta que un juego de plataformas/acción a lo Contra.

Se deja jugar, pero mediocre es un rato largo.


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